Tomar agua previene las enfermedades
El líquido constituye entre el 50 y el 70 por ciento del peso corporal de un ser humano, además, el corazón y el cerebro son los que más lo requieren.
Está comprobado: el agua es la mejor bebida para la salud; no contiene azúcar, ni grasa y ayuda a los órganos a desarrollar sus funciones físicas y químicas correctamente.
De hecho, constituye entre el 50 y el 70 por ciento del peso corporal de un ser humano y, según la literatura que existe al respecto, el corazón y el cerebro son los que más requieren del líquido que, además, las personas consumen de tres formas.
Una es el agua al natural, como llega por el grifo o en botella desde manantiales y fuentes minerales. Otra, en bebidas frías o calientes preparadas y, por último, el agua que contienen los alimentos que se ingieren durante el día.
De esta manera, el cuerpo se hidrata manteniendo la salud física y mental todos los días.
Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir, mínimo, entre 1,5 y 2 litros al día.
Incluso, es bueno tomarla antes y después de dormir, ya que el cuerpo humano la consume al realizar actividades como el funcionamiento de los órganos, reacciones químicas, la excreción de toxinas, la producción de saliva y la hidratación de la piel y las mucosas; también, al dormir ocho horas el organismo pierde líquido que debe recuperarse al despertar.
Según la Universidad de Barcelona, la deshidratación afecta diversas actividades intelectuales, especialmente la atención, la psicomotricidad y la memoria inmediata.
Esto sucede porque los cambios en la cantidad de sales y electrolitos corporales producidos por la falta de líquido pueden alterar la actividad cerebral y el correcto funcionamiento del organismo. De ahí la importancia de su consumo que, finalmente, se reflejarán en los siguientes beneficios:
Alivia el cansancio: al beber poca agua, el corazón tiene que trabajar más para bombear sangre oxigenada a todos los órganos principales.
Mejora la digestión y el estreñimiento: es decir, se aumenta la tasa de metabolismo y, por lo tanto, los alimentos se descomponen más rápido y mejor. A esto hay que sumarle que aporta al correcto funcionamiento del intestino.
Alivia el dolor de cabeza: de hecho, en muchas ocasiones este es causado por falta de hidratación.
Para sentirse bien: al consumir suficiente agua el cuerpo se siente bien y con mayor energía, lo cual impactará en el estado de ánimo y en la productividad.
Ayuda a mantener el peso: el agua también ayuda a eliminar grasa y da sensación de llenura, lo que evita que las personas coman a deshoras.
Igualmente, es muy saludable para la dieta, pues no aporta calorías, no contiene grasa, ni azúcar.
Mantener una piel sana: el consumo de agua también ayuda a la hidratación, a la elasticidad y a la regeneración de los tejidos de la piel.
Esto se podrá apreciar a través de un aspecto suave y brillante; de hecho, es elemento vital en los tratamientos contra el acné, las cicatrices y el envejecimiento.
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Saludos crema